Diseño Mediterráneo

Texto extraído del artículo publicado en Etapes. GG. (Barcelona, Mayo 2011)
“…Los resultados de la segunda edición [del concurso Design Mediterraneo|Mediterranean Design] se han expuesto del 7 al 24 de abril de 2011 en la sede de Montcada del Design Hub de Barcelona, en un evento organizado por ADP, la Asociación de Diseñadores Profesionales, conjuntamente con PAD. La exposición ha sido diseñada por los socios de ADP Lluís Pau IDP y Montse Padrós, con diseño gráfico de Núria Duran y Pere Celma. De los 176 proyectos presentados (95 producto; 33 gráfico y 48 fotografía), a consultar en sendas pantallas táctiles, se seleccionaron unos treinta de modo que estuviera representado el mayor número posible de países: junto al indiscutible predominio italiano había trabajos procedentes de Malta, Turquía, España, Francia, Portugal, Israel, Marruecos, Líbano y Croacia. Un dato a destacar es la fuerte presencia femenina: el 50% de los trabajos iban firmados por mujeres.
Más allá de dar noticia del acontecimiento, el objeto de este artículo es reflexionar sobre la viabilidad de lo mediterráneo como atributo válido para utilizar en el branding de productos y servicios diseñados en la zona, lo que abriría mayores posibilidades al área de presentarse como región mundial en el contexto del mercado globalizado. No se trata sólo de revisar la mediterraneidad como una serie de cualidades que confieren una identidad determinada a sus habitantes y a lo que ellos hacen —en el sentido de la dieta mediterránea, por ejemplo, que Manuel Vázquez Montalbán llamó hace ya algunos años “la internacional de la berenjena”—, sino de observar en qué medida lo mediterráneo constituye un argumento de peso. Para ello, hay que referirse a las muchas ideas, míticas o no, que entraña la mediterraneidad y despierta ese mar en el imaginario de los demás, sus visitantes estacionales por ejemplo —es uno de los planteamientos que PAD recogió para el próximo concurso—. Contrastaremos pues las ideas defendidas al convocar el concurso con las discutidas durante la jornada técnica celebrada al día siguiente de la concesión de premios.
El Mediterráneo como problema
El Mediterráneo viene siendo un tema de reflexión constante desde que es visto como uno de los lugares más problemáticos del planeta.1 En los albores del siglo XXI, con la irrupción del terrorismo global, se ha convertido en la frontera entre las dos grandes civilizaciones enfrentadas. Por eso, antropólogos, historiadores, sociólogos, economistas y demás analistas han dedicado estudios al Mediterráneo en los que se constatan las diferencias radicales existentes entre las sociedades que pueblan las distintas orillas, los niveles de modernización alcanzados y la proliferación de fundamentalismos cada vez más radicales a ambos lados del mar. Pero puede que algo haya cambiado. Escribiendo en mayo de 2011 cuando continúan las luchas de liberación política en Libia y en Siria, se ha iniciado una transición política en Egipto, comienzan las movilizaciones en Marruecos y se forman nuevos éxodos de refugiados, de tunecinos hacia Europa, de sirios hacia Turquía, de libaneses hacia Túnez…, si algo se ha puesto en evidencia es cuán ignoto es el Sur para el Norte: ¿cómo entender lo que está pasando realmente? ¿Sirven aún los parámetros de análisis utilizados la última década?
Con todo, cuando en años anteriores se discutió la creación de una euro-región mediterránea y se proponían políticas de partenariado entre los países de ambas orillas, se apuntaron datos que aún hoy son relevantes para tratar de lo mediterráneo en el diseño. Así por ejemplo, según constataba Predrag Metjevic, escritor y buen conocedor de los avatares del llamado proceso de Barcelona iniciado con la conferencia euromediterránea de 1995: «La pregunta de si “¿existe el Mediterráneo más allá de nuestro imaginario?” se plantea tanto en el Sur como en el Norte, y tanto en Poniente como en Levante. A pesar de las escisiones y los conflictos que tienen lugar o se padecen en esta parte del mundo, existen modos de ser y maneras de vivir comunes o accesibles» de lo cual infiere que: «sigue existiendo una tendencia a confundir la representación de la realidad con la propia realidad; la imagen del Mediterráneo y el Mediterráneo real no se identifican en absoluto. La retrospectiva sigue imponiéndose sobre la perspectiva. Y en consecuencia, el propio pensamiento sigue siendo prisionero de los estereotipos».2
Lugar de grandes conflictos históricos, frontera entre culturas distintas pero también nexo de unión entre continentes, el Mediterráneo aparece a menudo como una realidad en sí misma, una especie de continente líquido con personalidad propia. Cuna de grandes civilizaciones, es uno de los lugares del mundo donde el peso de la historia es más patente, lo que obliga a sus habitantes a posicionarse constantemente con respecto a ella. Lo señalaba con fuerza Metjevic en varios artículos: «Este espacio rico en historia ha sido víctima de los historicismos».3
Con el peso de la historia y la revalorización de las buenas costumbres –como el saber vivir—, Metjevic, como Edgar Morin y tantos otros autores que han abordado el atractivo del Mediterráneo, apuntan a un exceso de poetización como segundo peligro: «connais-tu le pays où fleurit l’oranger».4 Pero en realidad se trata de «una poetización, a menudo discutible,» que «nos ha servido de escudo o de pantalla». Con todo, la tentación poetizadora sigue siendo un recurso habitual en el campo del diseño gráfico y la comunicación visual orientada a difundir el atractivo del área como destino turístico. Sin embargo, el diseño no debería perder de vista la oportunidad de plantearse qué hay de universal en el modo de hacer y de ser propio del Mediterráneo para traducirlo en un lenguaje universal, como compete al diseño.
Por otra parte, la realidad actual del Mediterráneo plantea retos a los diseñadores que no deberían dejar escapar. Después de varios años de una crisis económica especialmente grave en la zona euro-mediterránea, el retrato no se aleja mucho sino que más bien se ha agravado con respecto al que ofreció en 2004 Mohammed Abbou, presidente de la Comisión de Educación en la Asamblea Popular Nacional de Argelia: « La deslocalización de la producción, la virtualidad monetaria, el anonimato de la decisión económica, el paro estructural, la reconfiguración del servicio público, el desmantelamiento tarifario, la desvinculación del Estado provocan angustia social y confusión colectiva» por lo que el reto de toda colaboración norte-sur es «la búsqueda de una vía mediterránea de inserción dentro de la economía mundial».5
Mediterraneidad y mediterranismos
Al plantear el concurso, Vanni Pasca quiso comprobar el alcance de las advertencias de Metjevic y verificaron que la reflexión sobre la historia y las tradiciones locales revierte en la propensión, compartida también por el diseño, a definir una identidad específica para cada país y a la vez un rasgo de mediterraneidad común a todos: desarrollar un diseño que sea la expresión de la propia identidad pero que sea al mismo tiempo un diseño mediterráneo. Pero, según Pasca, «es una discusión que no ha pasado de ser un intenso ruido de fondo, que ha producido muchos tentativos pero escasos resultados concretos». Además, «ha desviado el debate de las posibilidades concretas de trabajar para el desarrollo del territorio: en el diseño de productos, incluso con series cortas y formas de autoproducción, proyectar la comunicación, la valorización de los bienes culturales, el turismo sostenible, productos agroalimentarios…». Impidiendo los historicismos, se pretendía animar a los diseñadores a poner atención en «lo que está transformándose y evolucionando efectivamente».
Las palabras de Pasca remiten directamente a una noción del diseño que va más allá de la capacidad para resolver encargos con éxito, remite directamente a su habilidad para investigar. Como recordó Marinella Ferrara, más que dar forma a los productos, lo importante hoy por hoy es aprovechar la capacidad del diseño para «descubrir oportunidades de innovación, concebir visiones de futuro, proponer configuraciones distintas de actores y recursos que crean valor»; en definitiva, de avanzarse al futuro, imaginar nuevos escenarios y apreciar estilos de vida, individuar tendencias y ensayar cómo satisfacerlas dado que, el diseño puede «aferrar los cambios socioculturales en proceso y traducirlos en un proyecto».
Cabría pensar si además el diseño tiene también la capacidad e instrumentos suficientes como para valorar las tendencias que observa y los cambios socio-culturales en curso. Introducir el discurso axiológico no siempre es fácil; para el diseño no siempre lo ha sido ni tan solo al tratar de cuestiones estéticas. Sin embargo, no conviene obviarlo puesto que, como exigía la escritora tunecina Hélé Béji, no se debe renunciar a la universalidad de algunos valores éticos en nombre de la diversidad cultural: no todas las tradiciones merecen ser conservadas. Sería pues conveniente que el diseño introdujera también elementos axiológicos, estéticos cuanto éticos y socioculturales, al valorar sus propias propuestas.
Son algunos de los temas e inquietudes que orientaron la jornada de debate organizada con motivo de los premios. En ella, Vanni Pasca corroboró los cambios acaecidos en el Mediterráneo a raíz del fin del neocolonialismo así como las perspectivas que se han abierto para el diseño desde que forma parte del discurso económico de políticos y gestores reconociéndose su impacto económico, lo que implica un plus para el diseño. Por su parte, M. Àngels Roqué, antropóloga e historiadora del IEMed, propuso afrontar el Mediterráneo como un eco-sistema en el que predominan los flujos y las relaciones por encima de las estructuras fijas. Destacó también una mayor presencia de los valores vinculados a la persona y del individualismo en los últimos años, lo que explica la emergencia de la sociedad civil en toda la región, y la proliferación de emprendedores y empresarios.
A continuación, Marinella Ferrara, profesora del Politécnico di Milano y miembro de PAD, describió una serie de fenómenos emergentes en la zona como son la pluralidad de identidades, el incremento de los movimientos de base, que el rapid manufacturing está revolucionando la producción y favoreciendo la aparición de microempresas, y la emergencia de las mujeres en todos los ámbitos de la economía, y en todos los países, hasta convertirse en agentes del desarrollo, especialmente desde la irrupción de los microcréditos. Por su parte, Tevfik Balcioglu, historiador del diseño y decano de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Económica de Esmirna, relató los acontecimientos que han señalado la irrupción del diseño turco tanto en la economía del país como en el panorama internacional. Le siguió Bárbara Flaquer, interiorista socia de ADP, quien presentó un nuevo proyecto empresarial que responde con creces al espíritu del concurso. Se trata del producto preparado y envasado Ametlla + que sirve para recuperar en la cocina rápida los sabores de la cocina tradicional y revivir sus recetas más laboriosas. La empresa pretende reavivar el cultivo de los almendros mallorquines para que su cultivo sea de nuevo rentable y preservar así un paisaje muy característico del interior de la isla. Por su parte, Oriol Guimerà, diseñador industrial socio de ADP, reflexionó en voz alta sobre los muchos cambios que el mundo moderno impone al diseño. Propuso temas que los diseñadores barceloneses deben comenzar a plantearse en serio, desde un mayor uso estratégico del design thinking hasta la validez de la estructura de microempresa adoptado por tantos diseñadores locales.
Para terminar intervino Javier Albarracín, responsable de negocios del IEMed y buen conocedor de Turquía, el Medio Oriente y el Norte de África. Según él, alrededor del Mediterráneo están algunas de las economías emergentes más dinámicas y se encuentran en pleno proceso de reforma socioeconómica. Esas economías han revalorizado ciertos sectores económicos tradicionales junto a otros de más innovadores que ya están en expansión, la mayoría basados en la mejora del valor añadido. Son igualmente relevantes los procesos de internacionalización en marcha. Puso también de relieve la creciente interdependencia económica entre las varias riberas del Mediterráneo.
Si, como se dijo en Estambul, «el diseño mediterráneo existe porque hay diseñadores que diseñan a lo largo y ancho del Mediterráneo», ahora tiene ante sí el reto de aprovechar la capacidad prospectiva del diseño para, desde lo más humilde y superficial –esas cosas de cada día a las que casi no prestamos atención— contribuir a encontrar el lugar del espacio mediterráneo en la economía mundial.”
Note

  1. «El Mediterráneo es quizás la zona con el potencial más explosivo en el mundo». Samuel Hadas (Presidente del Jewish Council for Interreligious Relations): «(Re)construir puentes reales y/o imaginarios entre las dos orillas del Mediterráneo: la dimensión religiosa» en Mediterráneo. Puentes para una vecindad. Sevilla: Fundación Tres Culturas del Mediterráneo 2005: 40.
  2. Predrag Matjevic: «El Mediterráneo y Europa». Quaderns de la Mediterrània, 10; IEMed, Barcelona 2008c: 331-336
  3. El País, 20.07.2010.
  4. Pedrag Metjevic, Op. Cit; Edgar Morin: «Démythifier et rémythifier la Méditerranée». Quaderns de la Mediterrània, 4; IEMed, Barcelona, s/d.
  5. Mohammed Abbou: “Puentes entre las dos orillas: la esperanza a prueba de la realidad” en José Manuel Toledo Jordán (ed.):Mediterráneo. Puentes para una vecindad. Sevilla: Fundación Tres Culturas del Mediterráneo 2005: 63 y 66.
  6. Hélé Béji: “El malentendido cultural” Quaderns de la Mediterrània, IEMed, Barcelona, 10, 2008c: 330-331

Testo tratto dall’articolo pubblicato su Etapes. GG. (Barcellona, Maggio 2011)
“… I risultati della seconda edizione [del concorso“Design Mediterraneo|Mediterranean Design”] sono stati esposti dal 7 al 24 aprile 2011 nella sede dello Hub Montcada Design di Barcellona, con un evento organizzato da ADP, l’associazione dei professionisti del design, in collaborazione con PAD. L’allestimento della mostra è stato progettato dai soci ADP Lluis Pau IDP e Montse Padrós, con progetto grafico di Núria Duran e Pere Celma.
Dei 176 progetti presentati (95 di product design, 33 di visual design e 48 fotografie), che si potevano consultare individualmente in touch screen, 30 sono stati scelti per essere presentati in mostra, rappresentando il maggior numero possibile di paesi partecipanti: accanto all’indiscutibile predominanza di italiani c’erano progetti provenienti da Malta, Turchia, Spagna, Francia, Portogallo, Israele, Marocco, Libano e Croazia. Dato da notare la forte presenza femminile: il 50% dei lavori erano firmati da donne.
Oltre a dare notizia della manifestazione, l’oggetto di questo articolo è riflettere sulla vitalità del Mediterraneo come attributo valido da utilizzare nel branding di prodotti e di servizi progettati in questo contesto geografico, aprendo maggiori opportunità per l’area di presentarsi come regione mondiale nel mercato globalizzato. Non si tratta solo di rivalutare la mediterraneità come una serie di qualità che conferiscono una particolare identità alla sua gente e a quello che fa -nel senso della dieta mediterranea, per esempio, che Manuel Vázquez Montalbán pochi anni fa ha chiamato ” l’internazionale della melanzana “- ma per vedere in che misura il Mediterraneo è un argomento forte. Per farlo, deve far riferimento alle tante idee, mitiche o meno, che coinvolgono la “mediterraneità” e risvegliano l’interesse per questo mare nell’immaginario della gente, come nei visitatori stagionali, per esempio. E’ questa una delle proposte che PAD valuterà per il prossimo concorso. Metteremo a confronto le idee contenute nel bando con quelle discusse nel corso della conferenza tenutasi il giorno dopo la premiazione.
Il Mediterraneo come problema
Il Mediterraneo è ancora un argomento di costante discussione, dato che è visto come uno dei luoghi più problematici del pianeta.1
Nel ventunesimo secolo, con l’emergere del terrorismo globale, è diventato il confine tra due civiltà in conflitto. Pertanto antropologi, storici, sociologi, economisti e altri studiosi hanno dedicato al Mediterraneo ricerche dalle quali risultano le profonde differenze tra le società che ne popolano le varie parti, i diversi livelli di modernizzazione raggiunta e la diffusione del fondamentalismo religioso sempre più radicale su entrambi le coste del mare. Ma, forse qualcosa è cambiato. Scrivendo nel maggio del 2011, quando continuano le lotte politiche di liberazione in Libia e Siria, si è avviata una transizione politica in Egitto, cominciano le manifestazioni in Marocco e si hanno nuovi esodi di profughi, dalla Tunisia verso l’Europa, dalla Siria alla Turchia, dal Libano a Tunisi, se qualcosa si è palesato è quanto il Sud sia ignoto al Nord: come capire cosa sta realmente accadendo? Servono ancora i parametri di analisi utilizzati nel corso dell’ultimo decennio?
Tuttavia, quando negli anni precedenti si è discussa la creazione di una regione euro-mediterranea e sono state proposte le politiche per la cooperazione tra i paesi di entrambe le parti, sono state fatte valutazioni e considerazioni che ancora oggi sono rilevanti per l’indirizzo del Mediterraneo nel design. Per esempio, come ha osservato Predrag Metjevic, scrittore ed esperto degli avatar del cosiddetto processo di Barcellona avviato dalla Conferenza Euro-Mediterranea nel 1995: «La questione di sapere se “esiste il Mediterraneo al di là della nostra immaginazione?” nasce nel Sud come nel Nord, in Occidente come in Oriente. Nonostante le divisioni e i conflitti che si verificano o si stanno consumando in questa parte del mondo, ci sono modi di essere e modi di vivere comuni o accessibili», da cui dedurre che: «c’è una certa tendenza a confondere la rappresentazione della realtà con la realtà stessa; l’immagine del Mediterraneo e il Mediterraneo reale non si identificano in assoluto. La retrospettiva continua a imporsi alla prospettiva. E quindi, il pensiero stesso rimane prigioniero degli stereotipi.»2
Luogo di grandi conflitti storici, di confine tra le diverse culture, ma anche ponte tra i continenti, il Mediterraneo appare spesso come una realtà a sé, una sorta di continente liquido con una propria personalità. Culla di grandi civiltà, è uno dei luoghi del mondo dove il peso della storia è più evidente, costringendo costantemente al
rispetto di essa. Metjevic ha affermato in vari articoli: “Questa zona ricca di storia è stata vittima degli storicismi”.3
Con il peso della storia e l’apprezzamento dei buoni costumi” – come il saper vivere – Metjevic, come Edgar Morin e molti altri che hanno affrontato l’attrattiva del Mediterraneo, sono giunti a un eccesso di poetizzazione come un secondo pericolo: «connais-tu les pays où fleurit l’oranger.»4 Ma in realtà si tratta di “una poetizzazione, spesso discutibile”, che “ci è servita come scudo o schermo.” Eppure la tentazione a poetizzare rimane un ricorso abituale nel campo del graphic design e della comunicazione visiva che mira a diffondere l’attrattiva del territorio come destinazione turistica. Tuttavia, il design non dovrebbe perdere di vista l’opportunità di considerare ciò che è universale, nel modo di fare e di essere proprio del Mediterraneo, per tradurlo in un linguaggio universale, come è sua competenza. Inoltre, la realtà attuale del Mediterraneo rappresenta una sfida che i progettisti non dovrebbero mancare. Dopo alcuni anni di crisi economica particolarmente grave nella zona euro-mediterranea, lo scenario non è cambiato molto, anzi è peggiorato rispetto a quello offerto nel 2004, quando Mohammed Abbou, presidente della commissione per l’istruzione nell’Assemblea del Popolo Nazionale di Algeri diceva: “La delocalizzazione della produzione, la moneta virtuale, l’anonimato della decisione economica, la disoccupazione strutturale, la riconfigurazione del servizio pubblico, la liberalizzazione delle tariffe e la privatizzazione provocano sofferenza sociale e confusione collettiva”, per cui la sfida di tutta la cooperazione Nord-Sud è “la ricerca di una via mediterranea di inserimento nell’economia globale”5.
Mediterraneità e mediterranismi
Nel formulare il bando di concorso, Vanni Pasca ha fatto sue le avvertenze di Metjevic che ha evidenziato quanto la riflessione sulla storia e le tradizioni locali si converte nel tentativo, condiviso anche nel design, di definire un’identità specifica di ciascun paese, e anche un tratto di mediterraneità comune a tutti: cioè, sviluppare un design che sia l’espressione della propria identità e allo stesso tempo un “design mediterraneo”. Ma secondo Pasca, questa “è una discussione… che è rimasta più che altro un rumore intenso di sottofondo, che ha prodotto continui e ripetuti tentativi ma scarsi risultati concreti.” Inoltre il dibattito si è spostato “… dalle possibilità concrete di operare per lo sviluppo dei territori: come design del prodotto, anche su piccole serie e con forme di autoproduzione; come progettazione della comunicazione per la valorizzazione dei beni culturali, del turismo sostenibile, dei prodotti agroalimentari …”. Intendendo prevenire gli storicismi, si intendeva incoraggiare i progettisti a prestare “attenzione a cosa si va trasformando ed evolvendo effettivamente”.
Le parole di Pasca si riferiscono direttamente a una concezione del design che va oltre la capacità di risolvere con successo gli incarichi professionali, per riferirsi alla sua capacità di indagare. Come ricordato da Marinella Ferrara, piuttosto che disegnare la forma dei prodotti, oggi la cosa importante è usufruire della capacità del design di “esplorare le opportunità di innovazione, concepire visioni di futuro, proporre diverse configurazioni di attori e risorse che creino valore”, dunque di avanzare verso il futuro, di immaginare nuovi scenari e stili di vita, individuare tendenze e provare a soddisfarle dato che la progettazione è in grado di “cogliere i cambiamenti socio-culturali in corso e tradurli in progetto.”
Ci si potrebbe anche chiedere se il design ha sufficienti capacità e strumenti per valutare le tendenze osservate e i cambiamenti socio-culturali in corso. Introdurre la prospettiva assiologica non è sempre facile, tanto meno nel discorso sulla progettazione che tratta di questioni estetiche. Tuttavia, non conviene obiettare, poiché, come afferma la scrittrice tunisina Hele Beji, non si deve rinunciare alla universalità di alcuni valori etici in nome della diversità culturale: non tutte le tradizioni meritano di essere conservate6. Sarebbe pertanto auspicabile che il design introducesse anche presupposti assiologici, estetici quanto etici e socio-culturali, per valutare le proprie proposte. Sono questi alcuni dei temi che hanno orientato il dibattito nella giornata che ha seguito la cerimonia di premiazione.
Vanni Pasca ha confermato l’attenzione per i grandi cambiamenti che si sono verificati nel Mediterraneo dopo la fine del neo-colonialismo e le prospettive che si sono aperte per il design in quanto attività che fa parte del discorso economico dei politici e dei dirigenti che ne riconoscono il suo impatto economico: il che implica un plus per il design. Da parte sua, M. Angeli Roque, antropologo e storico IEMed, ha proposto di guardare al Mediterraneo come a un eco-sistema in cui predominano i flussi e le relazioni più che le strutture fisse. Egli ha inoltre evidenziato una maggiore presenza di valori legati alla persona e di individualismo negli ultimi anni, il che spiega l’emergere della società civile in tutta la regione e la proliferazione di imprenditori e uomini d’affari.
Poi Marinella Ferrara, professore del Politecnico di Milano e membro di PAD, ha descritto una serie di fenomeni emergenti, come la pluralità di identità, l’ascesa di “movimenti dal basso”, il rapid manufacturing che, rivoluzionando la produzione, favorisce lo sviluppo delle micro-imprese e l’emergere delle donne in tutti i settori dell’economia e in tutti i paesi fino a convertirsi in agenti di sviluppo, specialmente con il ricorso al microcredito. Da parte sua, Tevfik Balcioglu, storico del design e preside della Facoltà di Design e Arti della Izmir University of Economics, ha relazionato sugli eventi che hanno segnato la nascita del design turco tanto nell’economia del paese quanto nel panorama internazionale. In seguito Barbara Flaquer, designer d’interni membro ADP, ha presentato un progetto imprenditoriale che risponde perfettamente allo spirito del concorso. Si tratta del prodotto preparato e confezionato Ametlla +, che recupera nella cucina veloce i sapori della cucina tradizionale e fa rivivere le ricette più laboriose. Il progetto mira a rilanciare la coltivazione della mandorla maiorchina in modo che ritorni a essere un’attività redditizia e a preservare il paesaggio caratteristico dell’interno dell’isola. Poi, Oriol Guimerà, designer industriale e socio ADP, ha riportato il dibattito ai cambiamenti che il mondo moderno
impone al design. Ha proposto alcuni dei temi che i designer di Barcellona dovrebbero iniziare a prendere sul serio, dall’uso strategico del design thinking fino alla creazione di micro-imprese come struttura adottato da molti designer locali. Per finire l’intervento di Javier Albarracín, responsabile degli affari economici all’IEMed e buon conoscitore della Turchia, del Medio Oriente e del Nord Africa. Secondo lui, attorno al Mediterraneo, in pieno processo di riforma socioeconomica, stanno emergendo alcune delle economie più dinamiche. Queste hanno rivalutato alcuni dei settori tradizionali insieme ad altri più innovativi che sono in espansione, la maggior parte basate sul valore aggiunto dei prodotti.
Sono ugualmente rilevanti i processi di internazionalizzazione in azione. Egli ha inoltre evidenziato la crescente interdipendenza economica tra le varie parti del Mediterraneo. Se, come si è detto a Istanbul, “il design del Mediterraneo esiste perché ci sono i designer che progettano in tutta la lunghezza e la larghezza del Mediterraneo”, allora abbiamo innanzi una nuova sfida: usufruire della capacità prospettica del design, che viene dalle cose più umili e superficiali di tutti i giorni, quelle a cui non prestiamo neanche attenzione, per contribuire a trovare il luogo dello spazio mediterraneo nella economia mondiale.”

  1. «Il Mediterraneo è forse l’area con il potenziale più esplosivo del mondo.» Samuel Hadas (presidente del Jewish Council for Interreligious Relations): “(Ri) costruire ponti reali e/o immaginari tra le due sponde del Mediterraneo: la dimensione religiosa” in Mediterráneo. Puentes para una vecindad. Siviglia: Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, 2005: 40.
  2. Predrag Matjevic, El Mediterráneo y Europa, Quaderns de la Mediterrània, 10; IEMed, Barcelona 2008c: 331-336
  3. El País, 20.07.2010.
  4. Pedrag Metjevic, Op. Cit; Edgar Morin: «Démythifier et rémythifier la Méditerranée». Quaderns de la Mediterrània, 4; IEMed, Barcellona, s/d.
  5. Mohammed Abbou: “Puentes entre las dos orillas: la esperanza a prueba de la realidad” en José Manuel Toledo Jordán (ed.): Mediterráneo. Puentes para una vecindad. Sevilla: Fundación Tres Culturas del Mediterráneo 2005: 63 y 66.
  6. Hélé Béji: “El malentendido cultural” Quaderns de la Mediterrània, IEMed, Barcelona, 10, 2008c: 330-331

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